Entonces comprendimos
que no éramos más que polvo, que nuestros sueños y vidas, eran los sueños y las
vidas de otros. A la vez comprendimos que nuestro viaje nunca existió.
Que nuestra experiencia se funde en un único
momento.
Que nunca fuimos, que
nunca seremos,
sólo somos.
Daniel.-
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